Rápida, práctica y efectiva. La fórmula casi perfecta para eliminar de raíz los pelos indeseados. No es magia, la depilación definitiva requirió de décadas a prueba y error para competirles a los sistemas tradicionales de depilación como la cera, las cremas depilatorias y las maquinitas (eléctricas o no) que durante años, quincena a quincena, mes a mes, nos recordaban que “nada era para siempre”.

Con el desarrollo de tecnologías más precisas y el boca a boca como sus principales aliados, la depilación definitiva logró por fin convertirse en uno los recursos estéticos más elegidos en todo el mundo. Lo adoptaron las mujeres -principalmente para el vello de las axilas, el cavado y las piernas- y también los hombres, que en general recurren a ella para reducir los pelos del pecho, la espalda y el abdomen.

Según la última encuesta de la Asociación Americana de Cirugía Plástica (ASAPS), la depilación definitiva está en el top 3 de los tratamientos no invasivos más demandados en los Estados Unidos, detrás del bótox y el ácido hialurónico.